Artista comprometido, militante, guionista, actor, músico, cantautor y confirmado por los críticos como el mejor realizador cinematográfico que surgió de Argentina. Cuando se lanzó a cantar rompiò el récord mundial del disco más vendido en menos tiempo. Hasta hoy ostenta el record argentino de venta de unidades de un mismo disco, con un millón y medio de placas...
Su biografía nos relata que Fuad Jorge Jury, su nombre real, nació en Luján de Cuyo, Mendoza, Argentina, en 1938, conoció la pobreza extrema, robó y estuvo internado en varios institutos de menores, de los cuales al final se escapaba o lo echaban. Su padre de origen sirio que para batallar la pobreza terminó dedicándose a negocios no muy lícitos, abandonando el hogar cuando Favio era muy chico y murió joven. La ausencia de su padre desestabilizó y marcó mucho la infancia de Favio "de mi papá no me acuerdo mucho... creo que me dio tres besos en su vida. Llegó de tierras lejanas a reunirse con su hermano mayor cuando él tenía diecisiete o dieciocho años. Papá es en mí una figura frágil que he construido a través de versiones y de la foto que conservo de cuando se casó: un muchacho realmente hermoso." comentó en una oportunidad.
Favio creció prácticamente en la calle, pasó algunos años en un reformatorio para adolescentes, del cual se fugó para volver a Luján de Cuyo a vivir con su hermano mayor. Algunos pequeños hurtos lo llevaron a la cárcel de menores, luego se enroló en la Marina, donde duró poco, un buen día simplemente se fue con el uniforme puesto, con el cual pedía limosna en la estación de trenes de Retiro y al cabo de un año retornó a Mendoza, donde su madre (que era escritora de radioteatros) le consiguió algunos trabajitos para escribir libretos radiales.
Más tarde de regreso a Buenos Aires, consiguió trabajó en una radio y luego comenzó su carrera como actor, bajo el padrinazgo de Leopoldo Torre Nilsson, quien lo tomó bajo su protección y lo incluyó en varias de sus películas. Se convirtió en el actor joven con mayor demanda. Luego se iniciaría como director lanzando su primer largometraje en 1965 - Crónica de un niño solo (enlace para bajar la película). Y más tarde llegarían Romance del Aniceto y la Francisca (1967) y El dependiente (1968), éxitos de crítica que le valieron varios premios internacionales.
"Crónica de un niño sólo" es considerada como la mejor película argentina" de acuerdo a una encuesta realizada por el Museo Nacional de Cine en el año 2000 - y "El romance del Aniceto y la Francisca" fue considerada en 1997 como la Mejor Película y Mejor Director, de acuerdo a una encuesta a 100 personalidades del ambiente cinematográfico sobre el cine argentino de todos los tiempos realizada por la Revista Tres Puntos.
Favio llegó a la canción después de haber dirigido tres películas que lo posicionaban como "director de culto" dentro de la llamada "generación de los 60" de la cinematografía argentina.
Con sus canciones generó un estilo único e irrepetible, una mezcla de influencias que caracterizaba su época (años 60) muestra rasgos de la canción melódica italiana, la chanson francesa, el rock primigenio de Elvis y Roy Orbison. Pero fundamentalmente Favio construye sus obras a través de su propia imaginación creadora. Su capacidad es (como en el cine) la de construir historias y dotarlas de vívidas imágenes plenas de detalles cotidianos, que lo acercan a una suerte de neorrealismo. Pero a la vez carga esas historias con un fuerte contenido melodramático, en sintonía con la telenovela o, más probablemente, con el radioteatro. Ese tipo de relato no tenía precedentes en la canción melódica de habla hispana.
Tocaba la guitarra desde chico, intercambiando clases de guitarra por sus oficios como cebador de mate con un zapatero chileno que vivía enfrente de su casa.
En Buenos Aires cantaba ocasionalmente en fiestas y casas de amigos, hasta que un día, Vico Verti, que lo conocía del circulo de discusiones de cine, lo convenció para hacer algo más serio. Para comenzar harían giras para familiarizarse cantando en público.
Favio comenta: "Me acuerdo que me subí al colectivo con los músicos, y nos fuimos al interior. Para mí era como un debut en el Olympia de París, aunque la realidad era muy otra. Llegamos a un club de mala muerte, de luz mezquina. Todo era de tierra: la calle, el piso del club, el pelo de la gente, todo. Ahí fue mi debut.
A pesar de todo Vico Verti siempre tenía un gran entusiasmo pensaba que yo era Elvis Presley o algo así. Viajábamos en autobuses de línea, el 201, el 304. Siempre regresábamos a la madrugada del día siguiente, disfrazados: los músicos de músicos, y yo de showman, en medio de obreros indiferentes y adormilados, que iban hacia sus trabajos.
Pensar que cantaba en unos tugurios sombríos donde los borrachos me miraban con más asombro que admiración, como a un bicho de la capital al que no entendían muy bien... Yo no sé de dónde le venía el entusiasmo a Vico... cuando el público brillaba por su ausencia en todas las actuaciones que realizábamos.
Yo notaba que cantaba ante la indiferencia de los pocos concurrentes. Veía a los niños que correteaban por esos patios sucios y hacían ruido mientras yo cantaba. Veía los insectos que revoloteaban y golpeaban contra los músicos, mientras yo los esquivaba, temeroso de que se me metieran en la boca en algún sostenido.
Estas presentaciones triunfales habrán durado cuatro o cinco meses, hasta que Vico me llevó a ver a John Lear, el director artístico de la CBS. Ahí me hizo cantar un poco a capella, otro poco con guitarra, hasta que logró convencer a John Lear. A los pocos días, para mi asombro, yo ya estaba grabando con una gran orquesta. Y, por supuesto, lo primero que grabé fue "Quiero la libertad", que logró el mismo éxito como el fracaso de mis presentaciones de la gira, porque el disco no lo compró nadie. Uno me lo llevé yo, otro se lo quedó Vico Verti y el otro se lo regalé a mi mamá."
Lo más increíble de esta anécdota es que Vico, el promotor, al cabo de varios meses logra convencer a la CBS de grabar otro simple, esta vez no con una de sus canciones, pero con una canción con letra y música de Favio: "Fuiste mía un verano". Este simple fue un éxito instantáneo; ostenta hasta hoy el récord en Argentina de venta de unidades de un mismo disco, con un millón y medio de placas; y para aquella época contaba con el récord mundial del disco mas vendido en tan corto lapso. Se vendió tan rápidamente que CBS se tuvo que asociar con la compañía RCA para poder imprimir mas rápido y saciar la demanda. La enorme salida de este disco incluso dobló la venta de tocadiscos en aquel momento.
Luego vinieron muchas más canciones, pero cabe destacar el impacto de "Ella ya me olvidó". En su primer año fue traducida y cantada en 14 idiomas. Si bien su fama se extendió por el planeta, con esta canción se establece como propio para todo el mundo de habla hispana, a tal punto que esta sería grabada en los años 90 por el grupo español Héroes del Silencio, quienes consiguieron un hit con aquella melodía. Hubo incluso una película, dirigida por Eduardo Calcagno y producida por Torre Nilsson, titulada Fuiste mía un verano, que lo tuvo como protagonista.
Más allá del prestigios reconocimiento de su producción en cine, el fulminante éxito que obtuvo como cantante lo tomó un poco desprevenido, a tal punto que llegó a encerrarse durante meses en su departamento. "No esperaba una avalancha así y no sé si me hizo bien", confesaba él. "Venía de un mundo de mucha tranquilidad, de austeridad, y de golpe ver esa locura de los medios, de la gente, de los shows continuados. Me sorprendió, me descolocó, y tardé mucho tiempo en reaccionar." A tal punto que luego de grabar un segundo LP en 1969, en pleno apogeo de su éxito, deja la canción en 1970 para dedicarse a preparar lo que sería su siguiente film, Juan Moreira.
Por supuesto, la historia de Favio continúa, e incluye varias películas (entre ellas "Nazareno Cruz y el Lobo" la más vista en la historia del cine argentino), su exilio en países como Colombia y México durante la dictadura militar, y más cine alternado con algunas esporádica presentaciones de su música.
Su historia, su infancia con vivencias en la precariedad y pobreza ha influido en todas sus creaciones. El carácter humano que expresa viene de su convicción humanista y se muestra comprometido por una justicia social. "Yo no sabia que había un grupo de gente, organizado políticamente, tratando de mejorar la calidad de vida de los pobres" comento en una ocasión. Fue en su llegada a Buenos Aires que conoció y se unió al partido peronista. Mas tarde tendría la ocasión de realizar "Perón, sinfonía del sentimiento", un documental de una duración aproximada de 6 horas donde cuenta su visión y logros durante la presidencia de Juan Perón. Hacia 1990, comenzó la realización de "Gatica, el Mono", película que estrenó recién tres años más tarde con un singular éxito y ganó el "Premio Goya" a la Mejor Película de Habla Hispana. Y luego Aniceto (2008), una autocelebración que parte del Romance del Aniceto y la Francisca. Apoteosis lírica con la que revisita toda su obra.
"Daría diez años de vida por filmar un plano como los de Leonardo Favio", dijo Pier Paolo Pasolini luego de ver uno de sus Films en el Festival de Mar del Plata. Sin duda, la filmografía de Leonardo Favio es una de las mejores que surgieron de este continente.